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Balance del terror que vimos en 2024: continuaciones, precuelas, apuestas arriesgadas y algunos fracasos

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A pocas horas del 31 de diciembre, es hora de hacer un balance del cine de terror de 2024. Sin dudas ha sido un año interesante y los fanáticos del terror no podemos quejarnos: tuvimos, en general, una interesante y poderosa oferta de películas para alimentar nuestro insaciable apetito por todo lo que sea horror en pantalla. Pero vamos a ver cuáles fueron algunas de las tendencias más notorias del año, los triunfos, fracasos y momentos indiferentes y empezar a prepararnos para lo que venga en puerta para 2025.

El año de las continuaciones y precuelas

Si hay una tendencia que se observó claramente durante este 2024 en el cine de terror, esta fue sin lugar a dudas el de las continuaciones y precuelas.

Es cierto que el género suele presentarnos con varias continuaciones de series clásicas todos los años, pero este año nos trajo algunas revisiones de mundos que resultaron sorprendentes. Esto fue porque o bien nadie se las esperaba, como por ejemplo la precuela de la saga The Omen que parecía haber llegado a su punto más bajo con la remake de 2006 y ya nadie consideraba más que como un clásico de la década de los 80.

Pero resultó que la inesperada The First Omen estuvo más que bien y se colocó cómodamente entre las revelaciones del año. ¿Quién hubiera podido predecirlo?

La película no es particularmente original, y para peor la también interesante Inmaculate que se estrenó apenas unos días antes, presentó prácticamente la misma premisa argumental. Sin embargo, la actuación magistral de Nell Tiger Free (quien ya se ganó un lugar merecido en el género del terror luego de haber protagonizado la serie Servant de AppleTV+) se impuso por sobre la también muy buena película protagonizada por Sydney Sweeney por el peso de su tradición, su estética y una narrativa que en líneas generales pareció más adecuada y mejor delineada.

En la misma línea de continuar con sagas de películas que parecían haber alcanzado un punto muerto a nivel creativo y de calidad, la sorprendente Alien: Romulus dirigida por el director uruguayo Fede Álvarez también resultó un poderoso retorno a las raíces y una demostración de por qué la saga de Alien es tan importante para el género del terror.

Posiblemente una de las mejores continuaciones de la franquicia, yo seguiré sosteniendo que Alien 3 es una obra maestra subvalorada, pero eso será discusión de otra ocasión, Alien: Romulus puso sobre la mesa un cuidado balance entre acción y tensión como no se veía desde Alien 2 y nos hizo olvidar el mal trago de las dos últimas de la saga, y toda la paparruchada de las Alien vs. Predator.

Hablando de revivir franquicias que creíamos completamente muertas, Beetlejuice, Beetlejuice fue una digna continuación de la historia original de 1988.

Sin dudas la película tuvo algunos aspectos mejorables (la villana Delores encarnada por Monica Belluci merecía mucho más desarrollo de personaje e injerencia en la trama) pero en líneas generales y teniendo en cuenta que se trató de una continuación directa de una película de hace casi cuarenta años, estuvo más que satisfactoria.

Este 2024 también vio la conclusión de la saga slasher X / Pearl / MaXXXine de Ti West y Mia Goth.

Para muchos, MaXXXine es la peor de la trilogía, pero yo la encontré visualmente interesante y atractiva en su homenaje al género giallo.

¿Es la mejor de la trilogía? No sé. Creo que cada película se sostiene por sí misma y debe ser evaluada individualmente. Realmente considero que son tan diferentes entre sí las tres películas que considerarlas en paralelo no les hace real justicia.

En cuanto a continuaciones esperables, tuvimos una nueva entrada de la serie A Quiet Place con A Quiet Place Day One, y la tradicional antología V/H/S que con V/H/S: Beyond intentó focalizarse en el género que cruza ciencia ficción con terror.

Como toda antología tuvo sus momentos más altos y más bajos, pero esta entrada incluyó una especie de revisita a la perturbadora historia que ya habíamos visto en Tusk, un poco de terror de aliens, un poco de zombies y no mucho más. Tampoco que fuera necesario.

En 2024 también tuvimos una más que interesante secuela del inesperado éxito de terror “viral” de 2022, Smile, con una suprema actuación de Naomi Scott haciendo de una estrella de pop que se enfrenta a este extraño monstruo que se ¿expande? ¿reproduce? a través de gente con sonrisas perturbadoras. Hay que aceptar que detrás de una premisa tan básica se esconde un poderoso horror esencial.

En cuanto a nuevas sensaciones del terror, no podemos dejar de mencionar Terrifier 3 que apostó una vez más al extremismo gore y las formas más degeneradas de slasher con increíble éxito.

Ya podemos asegurar que Art the Clown se ganó un lugar en el panteón de los clásicos monstruos del género.

Y si bien la serie Terrifier carece de una narrativa compleja o incluso coherente, a los fanáticos de las tripas desparramadas en la pantalla poco podría importarles.

Este año también nos trajo una inexplicable remake de Speak No Evil, esta vez más adaptada al mercado anglosajón. Curioso porque la original es de 2022 y, a mi criterio, inmejorable.

La nueva versión trajo algunos cambios a la historia y en general el consenso es que estuvo bien.

No tanta suerte corrió la ¿remake? ¿precuela? ¿reseteo? de The Strangers con su Chapter 1 (serán 3) que resultó un fracaso absoluto de crítica y el hazmerreír de cuanto canal de YouTube dedicado a reseñar películas (de terror o no).

Por último, concluimos el año con la remake de Nosferatu, la clásica adaptación de Drácula de principios del siglo XX.

Como toda película de Robert Eggers, tiene sus fans y sus detractores aunque todos coinciden en que: 1. Estéticamente es apabullante 2. Lily Rose-Depp está increíble en su papel protagónico.

Un año lleno de propuestas nuevas y arriesgadas

Así como el 2024 estuvo repleto de continuaciones, precuelas, remakes y todas esas cuestiones, también vimos una buena cantidad de muy interesantes propuestas originales.

Ya lejos de la discusión acerca de “elevated horror” y esas cuestiones, tuvimos en este año propuestas de terror realmente bien realizadas, pensadas, escritas y actuadas que lograron superar el nicho de los amantes del género para conquistar a la crítica y a públicos amplios.

Sin dudas la más destacadas de estas inesperadas películas fue The Substance, una película aparentemente simple y que plantea varias formas de horror (el horror a envejecer, al olvido, a la falta de amor y podríamos seguir) en una narrativa que tiene elementos de El retrato de Dorian Gray de Oscar Wilde para traernos un duelo actoral increíble entre Demi Moore y la ascendente y de arrasadora belleza Margaret Qualley.

Podría decirse que The Subsatance también trajo alguna reminisencia a Reanimator (nadie me va a quitar de la cabeza que la “sustancia” famosa es un homenaje a la que usaba Herbert West en el clásico de Stuart Gordon) y que algunas de las cuestiones que plantea no son del todo originales, pero lo cierto es que tanto visualmente, como actoralmente, en su dirección y narrativa, esta película resulta asombrosa y potente.

En líneas similares, Longlegs nos trajo un tremendo trabajo de Nicolas Cage como un perturbador asesino serial y a una de las más recientes reinas del género, Maika Monroe, demostrando una vez más que merece todos los elogios que ha venido recibiendo.

Si bien a mi personalmente el excesivo hype de esta película terminó generándome una leve decepción cuando la pude ver, no puede negarse que fue uno de los puntos más fuertes del año. También como Immaculate y The First Omen, esta película ahondó a su modo en el “terror religioso” aunque agregándole algunos otros elementos. Creo que si se hubiera obviado este aspecto, me habría resultado todavía más interesante y poderosa. Pero esa es una cuestión personal, suelo sentirme más a gusto con películas y narrativas de terror que están más asentadas en un cierto realismo.

Por esto mismo, otro de los momentos fuertes de comienzo de año, Late Night with the Devil, tampoco me resultó del todo convincente, aunque reconozco que es una más que interesante película, con elementos innovadores y buena premisa.

Por su parte, Abigail intentó una vuelta de tuerca a las películas de vampiros y lo logró en gran medida. Tuvo, a mi entender, dos contras fuertes: develó demasiado en los trailers y aspectos promocionales, lo que le quitó elementos de sorpresa que la hubieran elevado más y la actuación de Melissa Barrera dejó mucho que desear.

Siguiendo con terror sobrenatural, Oddity fue una interesante propuesta que mezcló con habilidad el género de terror con el de crimen y pizcas de fantasmas.

Para películas sobrenaturales, me quedo de todos modos con Daddy’s Head, una película que no fue tan comentada pero que considero que tiene una construcción más fluida y dinámica, con un terror bien desarrollado y realmente perturbador mientras que trata temas como la pérdida, el duelo, el sobreponerse a estos, y las dificultades de forzar relaciones de afecto cuando estas no existen.

Otra película que intentó algo nuevo, aunque con un resultado más desparejo, fue Cuckoo. La sentí cercana en algún punto, aunque salvando las distancias, a A Cure for Welness.

En Cuckoo seguimos a Gretchen, obligada a mudarse con su padre, madrastra y hermanastra a un complejo de hoteles y cabañas en los alpes alemanes, donde una serie de presencias inexplicables parecerán empezar a perseguirla.

Una película sumamente interesante durante sus dos primeros actos que decae finalmente en el último hasta convertirse casi en una situación donde hay demasiadas cosas sucediendo en simulatáneo sin mucho sentido, pero en líneas generales, una propuesta que tomó riesgos y que salió bien parada.

Propuestas narrativas que asumieron riesgos

Siguiendo con apuestas que tomaron riesgos, la tapada del año fue Strange Darling, protagonizada por la siempre arrolladora Willa Fitzgerald que venía de otra poderosa interpretación en la serie de 2023 dirigida por Mike Flannagan, The Fall of the House of Usher. Decir cualquier cosa de Strange Darling es espoilearla, por lo que evitaré referencias.

Willa Fitzgerald en Strange Darling.

Sólo diré que es un poderoso thriller de terror con algunas interesantes propuestas y otras un tanto predecibles, que se asienta fundamentalmente en una narrativa no lineal para construir su suspenso y sorpresas.

Hablando de estructuras narrativas no lineales, Caddo Lake fue otra interesante película que quizás entre un poco a presión dentro del género del terror, pero que igual ha sido colocada dentro de la categoría por lo que hablaré de ella.

Se trata de una película acerca de la desaparición de una jovencita en una zona de ríos y pantanos donde no todo es lo que parece y de nuevo, decir demasiado es espoilear por lo que sólo va una recomendación: vale la pena verla.

En cuanto a experimentación formal también tuvimos este año In a Violent Nature, una película que se propuso plantear cómo sería un slasher desde el punto de vista del asesino.

Más bien lenta y sin mucho más que ofrecer que esta innovación, fue igualmente un éxito y ya tiene en producción una continuación.

Por último, una de mis películas favoritas de terror de 2024 fue Red Rooms, de la cual ya hablé anteriormente aquí. Se trata de la obsesión de una modelo con un presunto asesino snuff durante el juicio que se le está siguiendo.

Una película oscura, dura de digerir de a momentos, que no es complaciente en ningún momento con el espectador y deja cierto sabor amargo al finalizar. Motivos todos que la hacen imprescindible para los fanáticos del terror.

Los fracasos y las decepciones del año

Llegamos finalmente a aquellas películas que no estuvieron a la altura de lo que prometían.

Personalmente la que más me decepcionó, porque le tenía más fe, fue Humane, el debut en la dirección de Caitlin Cronenmberg, hija de David.

Es una película que plantea un futuro cercano donde la catástrofe climática ha obligado a que un porcentaje de la población deba ser aniquilada para garantizar la subsistencia del resto.

La premisa puede leerse como genial y sumamente tonta al mismo tiempo y lamentablemente la ejecución la llevó hacia este último lado. Con un trama que se torna aburrida y poco interesante, salpicada por momento de tensión bien logrados, y actuaciones que en general no logran capturar lo que se supone que está en juego. Una decepción como dije.

Luego tuvimos también películas que se subieron al “terror de las inteligencias artificiales” como AfrAId y Subservience. Cuando leo “terror de inteligencia artificial” lo primero que me viene a la mente son episodios especiales de la casita del terror de Los Simpsons donde ya trabajaron precisamente estos mismos temas hace casi 20 años (como cuando instalan un sistema de “casa inteligente” con la voz de Pierce Brosnan que termina enamorándose de Marge, episodio de 2001 o el de 2005 cuando Bart es reemplazado por un robot con un sistema de inteligencia artificial).

En cuanto a terror sobrenatural, Tarot, Imaginary (terror de ¿ositos Teddy?), Night Swim (¿una pisicna de natación poseída?) se llevaron las palmas de películas que intentaron presentarse con toda seriedad para terminar siendo fracasos de público y crítica.

Lo que viene en cine de terror durante el 2025

¿Qué podemos esperar para el cine de terror del 2025?

Por lo que se sabe, parece que será otro año fuerte en continuaciones: tendremos una nueva entrega de A Quiet Place, la continuación de la muñeca asesina/Inteligencia artificial desontrolada Megan con M3gan 2.0, una nueva entrega de la saga The Conjuring, una remake o recuela de I Know What You Did Last Summer; Saw XI; Five Nights at Freddy 2; una nueva entrada en la serie Fear Street basada en las novelas de R.L. Stine (esta lleva por nombre: Fear Street: Prom Queen); The Black Phone 2; 28 Years Later que continúa la saga de zombies iniciada en 28 Days Later; Final Destination: Bloodlines; They Follow, continuación de la clásica It Follows que hizo despegar la carrera de la mencionada Maika Monroe; The Strangers Chapter 2 y Chapter 3 (¿podrá recuperarse esta saga de la mala recepción del Chapter 1?) entre otras.

Tendremos también adaptaciones esperadas como Clown in a Cornfield, basada en la novela de Adam Cesare de 2020 que ha tenido un relativo éxito y que como indica su título, es un slasher acerca de un payaso asesino.

También parece estar en camino una adaptación del videojuego independiente Iron Lung, con la bizarra premisa de un convicto explorando un oceano de sangre en la luna de un planeta extraño en un submarino. ¿Cómo van a hacer una película de esto? Será cuestión de esperar y ver.

Tendremos también una ya tradicional adaptación de Stephen King en The Monkey, esta vez dirigida por Osgood Perkins que viene de dirigir precisamente Longlegs.

Los monstruos clásicos vuelven con una película de hombres lobo: Wolf Man y también una nueva Frankenstein dirigida por Guillermo del Toro.

Y esto sólo para comenzar. ¿Quién sabe qué más nos deparará el 2025 en cuanto a terror? Lo seguro es que desde aquí lo seguiré de cerca con reseñas, trailers y mucho más. ¡Por lo que te deseo un feliz comienzo de 2025 y nos leemos pronto!

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